Agüita mágica.
Hace un par de meses visitamos, junto con un grupo de compañeros, la reserva Passiflora en Subachoque. Vivimos una experiencia enriquecedora que nos dejó una visión cargada de conciencia y respeto al agua, al medio ambiente, a la vida; y a mí en especial hacia una persona que marcó, aun más mi paso por este mágico lugar, Daniel Nieto. Desde que entró por primera vez al salón su espesa barba y singular boina cautivaron la atención de todos ¿Quién podía ser ese hombre parecido a papá Noel que emanaba una energía tan especial? Como si sus fachas no fuera razón suficiente para tenernos atentos a todos, este hombre comenzó a hablar con la misma fluidez con la que corre el agua, y nos fue llevando a todos en un juego de palabras en el que, por momentos, no sabías si reírte por la ocurrencia o reflexionar acerca de las paradójicas verdades que entrañaban sus palabras. Unas semanas más tarde nos encontrábamos sentados en la cocina de Daniel, de nuevo calladitos escuchando con atenci