Coleccionando Viajes

Belén y Jerusalén entran a mi colección, haciendo que se revuelvan otros recuerdos y sentimientos, pero lo más importante inyectando ganas a mis metas.  Nunca he sido muy religiosa, desde mis primeras clases de filosofía en el colegio empecé a dudar de todo lo que me rodea, lo que veo y lo que no, todo se volvió subjetivo, inestable, relativo. Espejismos, cortinas, ideas vagas, todo mi mundo me pareció un escenario dispuesto para el show de una vida con poco sentido. Con dolor a mis 16 años desee no pensar tanto, no dudar tanto, vivir en una anestésica y resignada ignorancia pero jamás lo logré. Como la mayoría de adolescentes, me dediqué a adolecer. Me dedique a odiar este mundo por estar tan lleno de odio, posición bastante absurda ahora que lo pienso. Con el paso del tiempo, de personas, y de situaciones, empecé a ver tanta miseria desde perspectivas que cargaron mi vida de sentido, como la felicidad de poder ayudar. Ahora que lo pienso, para alguien con tant

Entre tantas diferencias aparentes siempre hay puntos que se tocan y convergen, aunque no los veamos, aunque los ignoremos, aunque no queramos verlos, aunque no los entendamos. Nunca lo diferente o desconocido es tan diferente como parece. Durante estos días los judíos celebran Hannukah y aunque no sé mucho al respecto, vale la pena contarles un poquito de la historia y el por qué de la conmemoración. Durante el siglo II a.C, Israel estaba ocupada por Sirios, y los lugares sagrados de los judíos fueron profanados, su religión prohibida y se les obligó a adorar a los dioses griegos. Los Macabeos, un grupo de judíos, se negaron a aceptar las imposiciones de los Sirios y tras mucho batallar triunfaron, liberando a Jerusalén de los Sirios, y recuperando el templo sagrado de Jerusalén. Al entrar en el templo vieron que la   Menorah (candelabro judío sagrado de 7 brazos que se encontraba en el templo de Jerusalén) estaba apagada y que además el aceite sagrado que había para

Lo logre, por fin duermo cuando es de noche y me despierto al salir el sol, no me enloquecí. Lo que pasa es que entre Colombia y Tel-Aviv hay siete horas de diferencia horaria. Si me levanto a las nueve de la mañana,  ustedes irán por su tercer sueño o estarán en plena rumba. Cuando estoy almorzando, los mas madrugadores en Colombia estarán despertando, cuando me acuesto a dormir algunos estarán almorzando. Una locura, al principio la guerra contra el sueño casi acaba con nosotros. Hoy con los horarios regulados, teníamos toda la energía para nuestro primer Shabbat. El Shabbat es un día santo para los judíos, y se celebra todos los sábados por que corresponde al séptimo día de la semana judía, que empieza el domingo, y el séptimo día de la creación fue el día en que Dios descanso,   de ahí el significado de la palabra, por eso los judíos dedican el día solamente a descansar.   Nosotros solo sabíamos, que hoy los judíos no podían hacer nada, así que supusimos que conseguiríamos

Todo parecía ser igual a cualquier otro súper mercado, hasta que nos acercamos a los productos, y   en donde debíamos ser capaces de leer, no lográbamos identificar ni una sola letra. Poco a poco fuimos eligiendo  lo que queríamos comprar, y el carrito se fue llenando de los productos que comprábamos en Colombia, que lográbamos identificar por los colores y los logos. Pensamos que no tenia sentido estar al otro lado del mundo, para comprar los mismo productos de siempre, así que nos arriesgamos a elegir cuanta cosa diferente vimos. Ignoramos el arroz y elegimos unas pepitas blancas mas pequeñas, dejamos atrás los doritos, y elegimos unas galletitas, a las que se les unta el humus, y el humus era una especie de crema color garbanzo. Terminamos casi jugando a adivinar que podía ser cada cosa, y cruzando los dedos para que nos gustara el sabor, mi mama no podía parar de reírse al darse cuenta que estaba tratando de descifrar lo que era un producto sosteniéndolo al revés. Al final lo

Tres días en Israel,  tres días tan diversos como lo son, al parecer, las personas que viven acá, y debido a que no hace falta que hable acerca de los estereotipos que existen respecto a este país, me limitare a describir a los personajes, específicamente a los hombres, con los que me he cruzado durante estos días. El primer día, al caminar por el aeropuerto de Israel fue imposible no notar a varios hombres de largo traje negro, con sombrero alto, barba y dos largos rizos que caían a cada lado de su cara, acompañados, la mayoría, por sus esposas, muy pálidas y delgadas; casi siempre seguidos por niños de piel blanca, vestidos igual que sus padres.  El segundo día camine por una playa repleta de hombres excesivamente atractivos, la mayoría hacían ejercicio cerca de la playa, y no tenían problema alguno en dejar ver su cuerpo escultural, ojos claros, ojos oscuros, altos o bajos, morenos o blancos, todos llamaban mi atención de alguna forma. El tercer y ult