Punto de no retorno.
-Llegaste al punto de no retorno. Decía mi mamá, cuando finalmente me decidía a ordenar mi cuarto. El cual, normalmente, no permanecía, ni permanece, ordenado por mucho tiempo, pero cuando decido organizar, lo hago como si mi vida dependiera de ello. Paso de tirar todo y dejarlo como caiga, a dejar mi cuarto estilo minimalista, con apenas las cosas que necesito. En esa transición, justo en la mitad, cuando ya llevo un rato ordenando, pero aún me queda mucho por arreglar, mi mamá asoma la cabeza, y me dice, -Estas en el punto de no retorno, si paras te queda desordenado pero aunque no parezca ya has avanzado. Pues bueno, estoy en un punto de no retorno en mi vida. Ya comencé a ordenar, no estoy como cuando empecé, pero aún me falta. Hace un tiempo entró el desorden cuando salió de mi vida alguien que me importó mucho. Con él las cosas no estaban siempre en orden, pero cada recuerdo que guardamos, cada sueño que inventamos, lo atesorábamos, a veces cosas que incluso no cabían, o no com