Un viaje diferente
El tiquete de vuelo un pequeño cuadrito que se derritió en su boca. La noche pasó sin más. Antes de ir a dormir, ya en la madrugada, decidió tomar una ducha. Abrió la llave y antes de iniciar el ritual mecánico de darse un baño. Estiró los dedos como hechizada por el agua que caía. Sus dedos bailaban con el agua. Y por primera vez realmente la veía. La magia del elemento la envolvía fue ahí cuando supo que el viaje había comenzado. Volvió a la cama, aun tratando de asimilar como era posible que se hubiera bañado tantas veces en su vida y que nunca se hubiera detenido a pensar en lo maravillosa que era el agua y la manera en que se adhiere al cuerpo en forma de pequeñas gotas. En su liquidez y preciosa transparencia. Pensó- Solo reconociendo la belleza y perfección del agua. Entendemos la belleza y perfección de nosotros mismos y del planeta al fin y al cabo eso somos, agua. Una vez en la cama se arropó, y como en un tobogán se comenzó a deslizar entre las realidades. Se