Volví con ella parte II

Un vórtice de emociones había estado creciendo en mi desde que él se había ido. Me había perdido y encontrado, caído y levantado, odiado y amado y esa noche, acostada en la cama, respiré y supe que se había terminado un ciclo. Tomé el celular, sin pensar demasiado, conectada con la niña impulsiva a la que últimamente dejo salir mas a menudo y le escribí. No le pedía que volviéramos, ni que me contara de su vida, solo acepté, finalmente en paz,  que aunque el tiempo pasara y la vida siguiera en mi mente, alma y cuerpo sabría que siempre llevaría conmigo algo de él.  Que con él había aprendido, incluso cuando ya se había ido. "Que casualidad anoche soñé contigo" fue su respuesta. Una vez mas, coincidimos. 

No fue un año perdido, el tiempo sin él. Viví conmigo, con ella, con mis defectos codo a codo, con mis partes más aterradoras, viendo de cara los desequilibrios más grandes de mi personalidad, un desbalance a todo nivel, emocional, físico, mental. Mis fortalezas y debilidades, la niña más humana e imperfecta. Llevada por los impulsos, viviendo sin un fin, solo viviendo. Y no estuvo mal, y no me arrepiento, todos deberíamos vivir así por un tiempo. Si no te arriesgas a aceptar tu naturaleza, tus gustos, perversiones, miedos y traumas, a perderte un poco en ellos, difícilmente podrás vivir algún día en paz, siempre habrá algo de ti insatisfecho, ignorado, olvidado. Pero si les abres las puertas, a los titanes de tu vida, si escuchas a tu niña pequeña, y la dejas contarte que cosas la aterran y eres lo suficientemente fuerte para mirar debajo de la cama a esos monstruos mentales, volverás renovada, lista para mantenerlos a raya y convivir. 

Volví con él, pero no porque me haya arrepentido de haber terminado antes. Cuando confías en el destino, en la vida y en ti misma no hay espacio para arrepentimientos. Cada decisión, cada paso tiene un fin, un propósito.  Volví con él porque una vez más estábamos listos para seguir creciendo juntos. Cuando decidimos terminar fue sobre todo porque yo ya no me sentía un motor en su vida ni él en la mía, parecía que después de aprender y vivir al máximo juntos la presencia del otro nos estaba acortando el vuelo. Y ahora, un año, después, volver parecía la mejor manera de despegar de nuevo.

No ha sido fácil, la naturaleza humana parece siempre anhelar un pasado que ya no existe, inconscientemente los dos esperábamos sentir lo mismo que sentimos en nuestro mejor momento cuando estábamos juntos, pero él no es el mismo y mucho menos yo soy la misma, si no hubiéramos cambiado durante ese año separados no habría valido la pena cada cosa que vivimos. Así que cada  día es una mezcla entre recordar lo que amábamos del otro antes de separarnos, descubrir las cosas nuevas y aprender a amarlas. 

Cuando estas con la persona correcta cada día aprendes algo nuevo, de él, de ti, de la vida, es como si su presencia activara lo mejor de ti y la tuya lo mejor de él.  Obviamente no todo es perfecto, hay días más difíciles que otros, pero como dije antes, haber conocido mis peores demonios me ayuda a mantenerlos bajo control, me conozco mucho más y así puedo hacerle un poco mas fácil a él la tarea de entenderme. Él también se conoce más, los dos somos  más conscientes que nunca de nuestras fallas y eso nos ayuda a estar preparados para pilotearlas. 

Cuando terminé con él volví conmigo y me prometí no volver a perderme en otra persona, y estoy dispuesta a cumplir esa promesa. Lo amo pero también la amo, amo a esa niña con la que me re encontré cuando él ya se había ido, aprendí que siempre sera ella, yo misma, la única incondicional, y que de mi relación con ella, depende cualquier otra relación, sí la amo, amo mejor la vida y eso lo incluye. 

Ahora vivimos juntos; no esperamos que la presencia del otro en nuestra vida sea para siempre, después de separarnos durante un año sabemos muy bien que la vida da muchas vueltas y que a veces es necesario irse lejos para poder encontrarse. Sabemos que los dos cambiamos, que hubo otras personas, que somos capaces de amar a otros y de ser felices sin el otro. Haber vuelto no significa que estemos seguros de lo que va a pasar, significa que los dos creemos que aun tenemos cosas por descubrir juntos y que lo que el otro nos aporta es importante para poder ser mejores. 

El pasado y el futuro son las más grandes obsesiones del hombre, anhelamos el pasado, tememos el futuro, mientras el presente, que es lo único que existe se nos derrama entre los dedos. Nuestra vida juntos es mi presente y vivo de la mejor manera posible aquí y ahora. Dispuesta a amarlos a él y a ella, a mi misma, como se merecen, como nos merecemos. 


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Jerusalén y Belén, cuanto pesa su historia en mi colección

Ma Chérie Paris

"Lo siento, perdón, gracias, te amo"