Lo que escondes.

No hay arte en la calma, solo del caos brota el hilo de plata de la magnífica locura, entre la respiración entrecortada que deja la angustia, la ardiente sed del amor no correspondido, y el dolor de lo imposible, se mueve con picardia y elegancia la loca de la casa, recorre los rincones del mundo haciendo resplandecer los trozos de decepción regados por ahí como pedazos de vidrio convertidos en vitral, como fuegos artificiales, hermosos y ardientes errores, el estandarte de los impulsivos. Va por ahí con su halo de misterio dándole a la humanidad algo que sentir, algo de dolor, algo que la saque de la modorra anestésica de una vida de supervivencia.  


Que viva el arte, la locura, el desconsuelo, que viva todo aquello que nos mata, porque es en ese instante en el que realmente estamos conscientes de estar vivos, justo ahí, cuando sientes que lo pierdes, cuando temes, cuando te asusta. La paz sirve para guardarse y descansar pero no puede ser el estado natural, te adormece y te va fundiendo, te oxida la capacidad de apasionarte con la vida, te hace aburrido, básico.


Todos quieren ser felices y aun así nadie lo es. Deja que el dolor venga a ti, sin dolor no hay dicha. Abrazate a tus lágrimas, llora, llora, si quieres, ama, muerde, grita. Deja las frases profundas y las sonrisas falsas para Instagram, a mí dame tu oscuridad, tu rincón más retorcido, tu ira contenida, y tu profunda decepción, derrumbate, hazte pequeña en mis brazos mientras alimentas eso que ocultas y que necesita salir y respirar, mira a la cara a tus peores miedos, acaricialos, hacen parte de ti, negarlos no te va a hacer libre, tampoco destruirlos, hazlos pasar, invítalos a convivir dentro de ti, déjalos bailar con tus más grandes sueños, deja que hagan de ti una obra de arte, que el conjunto de luces y sombras que te edifican estén en armonía.


Deja de querer ser solo luz, al fin y al cabo nadie puede verla directo, lastima los ojos y te deja ciego por unos segundos, pero la noche, adornada de estrellas, así tal cual con su oscuridad repleta de luces, en ella todos se sienten protegidos, la noche permite a todos ser lo que quieran, quitarse la máscara o ponerse la que está guardada en el cajón.


Sé la noche impredecible, sé el caos, sé arte, pero no te equivoques dejando que la calma te prive de la maravillosa incertidumbre. Sacate los miedos, libera a tus ángeles pero también a tus demonios, el equilibrio no se trata de alcanzar la luz sino de tener a ambos bandos de tu lado.

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